Tras una mañana de intenso trabajo y ganas de salir a probar algo nuevo, decidí atreverme con la comida Thai, ya que más de una persona me había comentado que era súper rica -excepto porque me dijeron que el aroma era cuático, como fuerte- así que decidí ir en busca de mi nuevo plato favorito.
Fue así, como junto a mis compañeritos de trabajo -y amigos por lo demás- fuimos al restaurant "Lai Thai" de Av. Ossa. Al llegar, lo primero que me impactó fue el estilo de este lugar, súper colorido y con toda la onda mística. Además, en una de sus paredes, tienen banderines, esos que ahora son amados locamente, como los que están de moda.
Al poner un pie dentro del Lai, me fijé en la decoración súper boni con estatuas religiosas de la cultura Tailandesa, como este buda, por ejemplo.
Cuando hicimos el pedido, estaba ansiosa por conocer el famoso sabor del que tanto me hablaban, así que me incliné por el plato que me recomendó uno de los chicos que atendía, se llama: Spaghetti Khang Dang y tiene Spaghettis italianos, salteados en curry rojo, leche de coco con pollo asado desmenuzado, camarones ecuatorianos, albahaca y especias Tailandesas.
Todo lo que es mi humilde opinión
Asumo que tenía un prejucio con la comida Thai, no le encontraba brillo alguno y pensaba que era mala, porque no me mata el agridulce. Sin embargo, no todo lo es. Por eso, les cuento la verdad sobre los spaguethettis que tuve el gusto de probar. Me en can ta ron!!
Son súper picantes -y eso que los pedí suaves- sin embargo, las especias, los camarones grandes y el sabor del pollo, son totalmente un manjar para el paladar. Es un gran plato que recomiendo ciento por ciento. Superó mis expectativas de sobremanera.
Les presento nuestra mesa, estábamos felices por la rapidez con que nos atendieron. Además, en un comienzo habíamos elegido estar en la terraza, pero hacía un calor cuático, así que decidimos cambiarnos al interior y no nos hicieron problemas. Todo esto, se solucionaba mientras tomábamos los bebestibles. Yo pedí un jugo natural de maracuyá y es maravilloso. Sobre todo, porque lo sirven bien helado.
Esta vez, sí hay un pero...
Como todo en la vida no es color de rosa, ni mundo de Bilz & Pap, le encontré la quinta pata al gato en qué hacía sólo un poco de calor. Hace falta su aire acondicionado, más ventiladores o en su defecto, llévate un abanico, como en los viejos tiempos.
Y esas son mis impresiones sobre la comida Thai. Como consejo, tienen que probarla, sólo así van a saber lo que se están perdiendo.
Reverencia a Mr. Odd -chef creador del Lai Thai- por traer un poco de Tailandia a nuestras callecitas Santiaguinas.